domingo, 10 de noviembre de 2013

El lado más flamenco de Extremoduro

Con motivo de la salida del nuevo disco de Extremoduro el pasado viernes 8 de noviembre de 2013 “Para todos los públicos” y a modo de homenaje, doy cabida en el blog a los reyes del rock transgresivo: Extremoduro.

Extremoduro
Realmente, estaba previsto que el trabajo viera la luz el 19 de noviembre, pero la fecha tuvo que ser adelantada a causa de una filtración en la web del disco.
Puede que no se trate de flamenco en el más puro sentido de la palabra, pero la banda extremeña ha demostrado que también se atreve a moverse entre las turbulentas aguas de este género musical.
El nuevo disco “Para todos los públicos” alberga un poso, un deje de cante jondo (en concreto en la canción “Poema Sobrecogido”).

Si se va
mi cuerpo se evapora y pierde solidez

y flota en el vacío de la soledad

y mi alma no sabe adónde se va a agarrar,

si estoy loco perdío.

Ay, ay, ay, ay...


Son estos últimos quejidos “ay, ay, ay…” (min 3:19) los que pueden recordar a la voz que se raja y sangra; como una herida del cantaor maltrecho. De hecho, la canción cuenta una lucha solitaria contra él mismo. Estos versos escenifican perfectamente la esencia de “Viaje Íntimo a la Locura” (libro del propio artista publicado en 2009). Los coros flamencos que decoran de fondo también ayudan a introducirte en ese ambiente sombrío y oscuro, de alma gitana. 


Y ya no es sólo el sonido, sino el sentimiento; muchas veces las letras del Robe pueden sobrecogerte tanto como el mayor quejío desgarrador de los cantaores flamencos, o como la fuerza y la pasión de las 6 cuerdas cuando se arrancan a sonar a manos del guitarrista.
El Robe canta con ese deje flamenco que también podemos escuchar en “Me estoy quitando” (Agila, 1996) y más nítidamente en, la canción por excelencia,  “Coda Flamenca” (La ley Innata, 2008).


Coda flamenca: cierra La Ley Innata y abre el quejío flamenco de Extremoduro

Roberto Iniesta (el Robe)
Otra Realidad es el subtítulo de esta obra de arte, la cual comienza con estos versos extraídos de “Episodios Nacionales”  de Benito Pérez Galdós.
“Por verme amado de ella por todo el día
mañana, en perder la vida, consentiría”
Ésta es la canción más cercana al flamenco (así lo reza el propio título) que ha compuesto Extremoduro, a pesar de que en otras también le encontramos ese regustillo a la voz del Robe.
Claro está que no es un flamenco estricto; es un flamenco de guitarras eléctricas de una banda de rock que todo lo experimenta, y que todo lo que toca lo convierte en arte. Uoho pellizca las cuerdas en el punteo inicial que ya te envuelve en humo, sólo en humo… (como más adelante canta):
Y el fuego del infierno ya es solo humo.
Y ahora el fuego ya es solo humo, 

Después de arder el fuego ya es solo humo.  
El infierno ya es solo humo.
El Robe canta a alguien en este fragmento, a quien expresa su idea de ser libre y volar:
Agarrados del aire, viviremos,
no me importa adónde vamos.
Para reivindicar que, aunque maltrecho, sigue en pie:
Arráncate a cantar y dame algún motivo
para decirle al Sol que sigo estando vivo.
Y por fin llega el latido jondo, la parte más dolorosa y profunda. Desafía al tiempo, al destino, a la propia vida… y no quiere dejarse atrapar por el abatimiento.
¡Ay el desánimo! Que no puede conmigo.
¡Ay el destino! Que no juegue conmigo.
Para él todo cobra sentido cuando empieza a cantar. Estos son probablemente los versos más “agitanaos” de toda la canción (incluso pronuncia “canijo” con acento andaluz):
Ay, ay, ay, ponte a cantar “caniho”.
Una mijita me arregla el sentío.

El final es una especie de broma que nos dedican; ha sido una canción (y un disco en general, La Ley Innata) muy sufrida, con mucha profundidad y mucho sentimiento. Es imposible quedarse indiferente.




“El guiño al inefable Manué es la broma final de Robe e Iñaki. La única que se permiten en todo el disco, que es de una gravedad absoluta. Tres cuartos de hora de dolor que te dejan un regusto muy parecido a la felicidad”.
[“De Profundis: La historia autorizada” – Javier Menéndez Flores]

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